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Durante su disertación en la 79° Expo Rural de San Justo “Edición La Porteña, Generando Sinergia”, el analista planteó las fortalezas y debilidades de los tres candidatos con chances a ganar las próximas elecciones presidenciales. También reflexionó sobre la imagen del agro ante la opinión pública y cómo revertir la desconsideración social y política.

“Estamos en un loop en el que creemos que lo único que hay que hacer es cambiar de presidente”, disparó el analista político Jorge Giacobbe durante la 79° Expo Rural de San Justo “Edición La Porteña, Generando Sinergia”, que se desarrolla en el predio ruralista hasta el martes 22 de agosto.

En el auditorio central, en el capítulo político de la jornada Agrotendencias, que también incluyó disertaciones técnicas de agricultura y ganadería, el reconocido consultor analizó el panorama electoral a partir de la pregunta ¿y ahora qué? como disparador. 

En ese sentido, planteó las fortalezas y debilidades de los tres candidatos con chances a ganar las próximas elecciones. Y también reflexionó sobre la imagen del agro ante la opinión pública: “todo el sector viene muy dormido en una tarea que debiera haber arrancado hace muchas décadas, que es lograr el permiso social; es decir: ser héroes de la sociedad”.

Ante un auditorio ávido de pistas que le aclaren el panorama tras el disruptivo triunfo de La Libertad Avanza en las PASO, Giacobbe evaluó el mensaje político de cada espacio. “Más allá de que guste o no; o que parezca posible o imposible de realizar, Milei tiene un discurso que es nítido, que es dolarizar y achicar el Estado”. Del mismo modo, “el kirchnerismo siempre tuvo un discurso económico nítido, que es: donde hay dolor social hay que imprimir guita y repartirla, no importa si es sustentable”. En cambio, planteó que “el discurso de Juntos por el Cambio no está, no se sabe cual es”

Asimismo consideró que no llegan los tres de la misma manera a la elección. El kirchnerismo llega “en algo así como su tercera renovación”. Y en ese sentido proyectó: “a Massa lo van a matar, van a aprovechar esta elección para hacerlo pomada; las chances que yo le asigno a Massa de ser presidente es cero”. De Juntos por el Cambio opinó que “está en su primera renovación de piel”, por lo que “hasta ahora estuvieron hablándose más entre sí que a la opinión pública”. Y Milei, en su primera fase, llega “con un liderazgo nítido, claro”, sin conflictividad interna.

En cuanto a las especulaciones que pueden establecerse a partir del caudal de votos de cada espacio en las PASO, advirtió que “falta mucho por decidir” y que los 3 puntos de opciones que no rompieron el piso podrían redefinir el orden que dejaron las primarias. También evaluó, teniendo en cuenta que en las generales suele votar el 81% del padrón, que se agregaría un 11% de gente “que puede llegar a votar y no votó”. A esto sumó los 6 o 7 puntos de votos blanco o anulados, que tienden a bajar después de las internas. “Es decir: hay mucho para ir a pescar, todos tienen todavía una posibilidad”.

Consultado sobre la posibilidad de que el claro triunfo en todo el país de Javier Milei sea la demostración de un cambio de época, consideró que hay quienes quieren girar a la derecha o centro derecha y hacia un estado más chico, que es lo que representan Milei y Bullrich. “El 70% de la gente está representada o sustentada en esas ideas”, estimó. “Tanto la derecha como el liberalismo habían estado en el oprobio o la vergüenza de la política argentina durante 50 o 60 años”.

Sin embargo, consideró que cambiar de presidente no implica una mejora de la situación, como pensarían muchos argentinos. “Seguimos teniendo una población inmadura; se enoja con la morocha y cree que la felicidad va venir con la rubia”, dijo. Y sentenció: “estamos en un loop en donde creemos que lo único que hay que hacer es cambiar de presidente y viene la solución; como si creyéramos en Papá Noel”.

Por lo tanto, Giacobbe entendió que “ahí no hay un cambio de época, hay una población que únicamente quiere cambiar de equipo, pero no se si está dispuesta al esfuerzo fundacional que hay que hacer para sacar a este país hacia algún lado”. A su criterio, se trata de un pensamiento mágico, basado en creer que los cambios se hará con el dolor del otro y no el propio.

Sobre el discurso radicalizado de Mieli, por ejemplo planteando cerrar un organismo con reconocimiento social como el CONICET, opinó que podría restarle chances de “pescar” votos entre el 70% que no lo votó. “El 30% que lo votó deposita en él esperanzas, económicas o políticas; el tema es que si el 70% que no lo votó le tiene miedo, entonces no va a poder crecer más; y todo su discurso le sirve para construir ese 30 pero perder el 70”.

Por otra parte, al analizar la consideración social del agro y el trato que recibe de la política, disparó: “el hombre de campo se ve a sí mismo como un héroe y la sociedad lo ve como un demonio; se creen bomberos neoyorquinos y la gente lo ve como si fueran un barco ballenero japonés”.

Para el analista, “hasta que no logren reconciliarse con la opinión pública, para que los cuide y que los proteja, y por lo tanto que los políticos no puedan tocarles el culo, esa situación no va a cambiar”.

¿Cómo modificar esta situación? “No va a cambiar desde la política, tiene que cambiar desde la gente del campo, relacionándose sin intermediación con quienes opinan mal; y esos son muchos años de trabajo, no solo en lo comunicacional sino también en lo cultural”.

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