Desde la Sociedad Rural destacaron que las precipitaciones en el departamento durante octubre mejoraron el ánimo de agricultores y ganaderos, tras meses de sequía. Sin embargo, fueron moderadas y en muchos casos tardías para ciertos planteos. Aunque la situación aún es complicada, los productores adaptan sus estrategias para enfrentar un pronóstico de lluvias irregulares.
La Sociedad Rural de San Justo evaluó que las lluvias caídas en el departamento durante la primera quincena de octubre tuvieron un impacto positivo en los productores ganaderos y agrícolas de la región. Aunque moderadas en algunas zonas, generaron cierto alivio y un cambio en el ánimo general, tras meses de sequía y condiciones climáticas adversas.
El ingeniero agrónomo Luis Mariano Mántaras, miembro de la Comisión Directiva, destacó que las lluvias, aunque heterogéneas, tuvieron un efecto positivo. “Cambiaron totalmente el ánimo, especialmente en las zonas del centro-sur del departamento, donde se registraron entre 30 y 40 mm en localidades como Videla, Naré y Colonia Angeloni», explicó. Sin embargo, en el norte, en lugares como Vera y Pintado o Gómez Cello, las lluvias fueron más escasas, no superando los 20 mm.
Sin embargo, Mántaras subrayó que la humedad llegó muy demorada para algunos cultivos clave como el trigo. “Lo agarra tarde”, comentó el ingeniero, señalando que el cereal ya había pasado su período crítico sin agua suficiente. Como resultado, los rendimientos serán muy variables, y mientras algunos lotes podrían no llegar a los 10 quintales por hectárea, otros podrían sorprender con 25. Pero añadió que las lluvias “suman para la gruesa”, siendo la soja la gran esperanza para la campaña, con muchos lotes esperando más precipitaciones para la siembra, que probablemente se realice en diciembre.
En cuanto a la ganadería, otro miembro de la Comisión Directiva como el médico veterinario Sebastián Borla, también destacó que las lluvias llegaron tarde para los sistemas ganaderos, ya que la sequía de tres años consecutivos dificultó la salida del invierno debido a la falta de forraje. “El ánimo del productor va a cambiar, pero la situación todavía sigue siendo complicada”, afirmó el directivo, quien espera que la primavera climática permita una mejora en los campos naturales, aunque los efectos de las lluvias tardarán entre 40 y 50 días en reflejarse en la oferta forrajera.
Borla mencionó que la situación actual es similar a la del año pasado, con rodeos de cría que muestran una condición corporal delicada. Las vacas salieron del invierno en mal estado, lo que retrasó los servicios y afectó la reproducción. “Quien no tomó decisiones el año pasado, el clima le sigue pasando factura”, comentó el veterinario, subrayando que los productores adoptaron nuevas estrategias este año, como la inseminación a tiempo fijo y el destete precoz, además de reducir la carga animal para adaptarse a la falta de lluvias.
Mántaras coincidió en que los agricultores también adoptaron una actitud cautelosa, gastando menos en insumos y ajustando sus planificaciones para enfrentar un escenario climático desafiante. “Otra vez los productores optaron por planteos conservadores; la sequía hace que se gaste menos en insumos”, explicó, añadiendo que la situación financiera sigue siendo ajustada, con márgenes económicos muy reducidos. Sin embargo, resaltó que, a diferencia del año pasado, no hay la misma urgencia o presión inflacionaria, lo que permite a los productores tomar decisiones más reflexivas.
En cuanto a la siembra de otros cultivos como el maíz y el girasol, Mántaras mencionó que el maíz de primera no pudo implantarse debido a la falta de lluvias en agosto, y aunque algunos productores se arriesgaron, lo hicieron más por necesidad que por elección. Por otro lado, el girasol tuvo una buena implantación tras las últimas lluvias, aunque con algunas pérdidas por aves, especialmente en áreas cercanas a montes.
Como conclusión, desde la Sociedad Rural de San Justo reconocieron que las lluvias han traído un respiro a los productores del departamento, pero advierten que la situación sigue siendo complicada en varias áreas. Tanto en la ganadería como en la agricultura, los desafíos persisten y los productores han debido adaptarse a condiciones climáticas impredecibles. «Esperamos que las lluvias sigan acompañando, porque si bien el ánimo ha mejorado, aún queda mucho por resolver para que la campaña sea exitosa», finalizaron desde la Comisión Directiva.